domingo, 15 de marzo de 2009

Sobre el cuerpo


Estoy muy enredada con el cuerpo. Toda la conceptualización de Lacan alrededor del cuerpo, el estatuto de los objetos parciales de la pulsión, las zonas erógenas, todo ello se me complica a nivel teórico.
Como si el cuerpo mismo no fuera tan fácil de atrapar. Como si el cuerpo no fuera tan cercano y tangible como cuando se nos presenta, con intensidad, en su dolor o en su orgasmo.
Ahí está el cuerpo, atravesado por las trampas del deseo, por alguna angustia procusteana de no adentrarse del todo en el modelo delineado por la época, aguijoneándonos lo apacible de un momento o bien, contrariándonos inerte cuando queremos su ánimo.
El cuerpo existe porque ha sido “significantizado”, es decir, porque ha sido mordido por la palabra. Es esta una bella expresión, pero no sin violencia: La letra se hundió en la carne, para hacerla existir.
Si lo desmenuzo, lo entiendo mejor. (Al cuerpo no, a su concepto) Nacemos con un organismo que sólo devendrá cuerpo a través de su subjetivación, de la palabra puesta sobre él para poder asumirlo y delimitarlo. El cuerpo vendría a ser como un regalo que nos ha sido dado por, y con, el lenguaje.
Y también sucede que se habla del sujeto antes de que nazca, y se sigue hablando de él después de su muerte, es decir, el sujeto trasciende la temporalidad de su propio cuerpo. Pensemos en las inscripciones significantes de las tumbas, en la memoria que perdura de aquel ya ido…
Esta incidencia del significante sobre el cuerpo va a “dibujar” los límites del cuerpo como zonas erógenas, es decir, esas pequeñas aberturas (boca, ano, ojo, oído) que, siendo los bordes, permiten establecer una relación determinada con los objetos parciales de la pulsión (oral, anal, escópica, invocante, respectivamente)
Otra manera de adentrarnos en él, es escuchándole sus síntomas. El cuerpo “habla” a través, y fundamentalmente, de sus síntomas. Y no habría que ir tan lejos como en el caso del fenómeno psicosomático, para escuchar el alarido atrapado ahí en el órgano. En la clínica se nos presenta por lo general un cuerpo que atormenta al neurótico con su parloteo sintomático. Pues estos síntomas de ahora reviven los acontecimientos (de palabra) que dejaron sus huellas en el cuerpo…
El cuerpo, en suma, existe ofreciéndose en vida a la posibilidad del goce (esto es, para que la pulsión se satisfaga), o más lacanianamente dicho: el cuerpo viviente es la condición de goce.
Pero, y aquí me detengo, mi cuerpo sólo tiene noticia de estas tribulaciones cuando me grita cambiar mi posición inclinada ante el teclado, y cuando se sonríe pensando que es él lo único que no puedo incluir jamás en estos escritos, en este blog. Se queda afuera.

12 comentarios:

E-migrad@ dijo...

Qué buen último párrafo!

Estaba en la lectura y el recuerdo de este discruso teórico y de pronto... esa última frase.

Me reí mucho. Tu cuerpo dá buenos avisos y aclaraciones, jejeje.

Saludos y buena jornada

E-migrad@

Aguaya dijo...

A mí a veces me grita desde la silla de la computadora y yo no le hago caso... hasta el otro día, en que caigo "rendida a sus pies" :-)

Rato que no pasaba! Un beso!!

Anónimo dijo...

Hola Verónica(s). Descubrí hace poco su (tu?) blog que leo con agrado. Hablando del cuerpo, es curioso como, en el marco de esa vana dialéctica que opone la identidad al anonimato, muchos valerosos blogueros hablan de "dar la cara", ir "con el pecho descubierto", "mostrarse", "no esconderse", como si, para ellos, el cuerpo "entrara" también, no se "quedara afuera".
Saludos,
El Beno

Verónica dijo...

Hola, Emigrad@, Sí, al final se metió en el escrito, sin ser llamado. (Seguro que temía de verdad ser trascendido por la pura palabra)
Saludos para ti,
Verónica

Verónica dijo...

Aguaya! Qué gusto que estés por aquí de regreso!
Muy graciosa separación: el cuerpo allí en la silla, yo aquí... pero al final ¡te vence!
Saludos, y contenta con tu visita,
Verónica

Verónica dijo...

Bienvenido, Beno, gracias por tu comentario. Tu observación sobre esas expresiones de "incluir al cuerpo" me hacen pensar también en otras direcciones: ¿no estará siempre ahí el recurso al cuerpo como para darle más veracidad a todo? No hablo sólo como criterio de valentía, sino como lo más concreto, tangible, seguro, tesoro de individualidad, que tenemos?
¿No será que llamando al cuerpo, haciéndolo casi visual, quiere personalizarse más cualquier comentario?
Como ves, puras simplicidades que se me ocurren. El cuerpo es así, creo, bastante sencillo y ecuánime. Nosotros, con la palabra, lo hemos hecho más complicado y efervescente de lo que es.
Con mis saludos,
Verónica

Ernesto G. dijo...

Bueno, dale VATOXINE a tu cuerpo. Palabra de verificacion.

"El cuerpo tiembla y la sonrisa queda muda" creo que dice la cancion de Santiaguito.

El cuerpo del delito.
El cuerpo que delata.
El cuerpo y la culpa (si la hay).
El cuerpo del alma,
el alma del cuerpo,
el cuerpo es la alarma del alma,
incluso de los desalmados
y los desamados.
El cuerpo decae,
el alma cae.
El cuerpo perece,
el alma persevera.

Verónica dijo...

Ernesto, gracias por todo tu comentario. Me quedé con "el cuerpo del alma", porque en esa separación entre uno y la otra, parece como si de todos modos,hiciera falta lo concreto, algo material, para poder hablar del alma. Algo así como que, en cualquier discurso, habría que darle corporeidad a algo tan inasible e inventado (y sufrido) como el alma. Para verificarlo.

Ah, y esa cancion de Santiago Feliu me gustaba mucho, era la época en que el cuerpo y el alma eran adolescentes... Después, quiero creerlo así, sólo el cuerpo siguió madurando.
Saludos,
Verónica

Ernesto G. dijo...

Palabra de verificacion: SUPENDE

Posibles significados:

1) Suspende dicho por un santiaguero.

2) Su pende (Su cuelga)

3) Un duende sabio

Con mis 42, estoy cada vez mas cerca de la pudricion que de la maduracion.

Anónimo dijo...

El cuerpo no se ve en el monitor de la computadora y se cree transformado en entidad de vampiro; los cuales, por cierto, nunca pasan por el estadio lacaniano del espejo.
Saludos.

Verónica dijo...

Ernesto, vaya significados que se te ocurren. Más o menos lo que dices tiene que ver con un análisis: se irán madurando poco a poco todas las significaciones del síntoma para llegar...a lo podrido!

Xenitis, me gusta que traigas a los vampiros, ¿acaso no son muertos que reviven o algo así, incesantemente? ¿que nunca mueren? ¿que necesitan de la sangre de los cuerpos vivos? ¿que nos atormentan como terrores de niño? ¿que cambian sus cuerpos, y pueden ser murciélago? Me gusta que se parezcan los vampiros y la pulsión.
Y de ellos, el espejo es el que no quiere saber nada.
Muchos saludos, gracias por venir,
Verónica

Ernesto G. dijo...

Palabra de verificacion:

SNIZA= ser alergico a la tiza (sneeze and tiza)


Bueno, Veronica, que hay que trabajar, no? Cuando viene el proximo post. En mi blog puse un poema de Lezama titulado ¿Y mi cuerpo?. Te lo iba a dedicar a ti pero me parecio una falta de respeto dedicar un poema que no es mio.