jueves, 4 de junio de 2009

Psicoanálisis y poesía


Qué sabía yo de poesía, pensaba cuando de nuevo me interesé en el viejo romance del Psicoanálisis con la Poesía.
Ambos reinos, el del psicoanálisis y el de la poesía, fundados en un quehacer con el lenguaje y con la palabra en general, más de una verja comparten, quizás también más de una discordia, a través de su historia, no tan larga, como vecinos en el alma humana.
Mi pretensión, pues, consistió en desmenuzar lo que creía saber sobre lo poético y el inconsciente, para tratar de comprender la idea de Lacan acerca de la poesía como “el escenario privilegiado del lenguaje”, y su vínculo esencial con la interpretación analítica. Él mismo invitaba a que estuviéramos “inspirados por algo del orden de la poesía para intervenir en tanto que psicoanalistas”.
El poeta nos adentra en una nueva dimensión de la experiencia, nos lleva a un mundo muy diferente de este de acá tangible. La palabra poética tiene una dimensión de acto, en el sentido de acto creativo. Y de revelación de alguna verdad hasta ahora insospechada, escondida entre las palabras mismas.
Así, al romper los estrechos límites del habla cotidiana, la poesía se eleva y vuela hacia nuevos, múltiples, inesperados sentidos. Entonces sólo un hilo muy fino, muchas veces debido a la sonoridad de la palabra, quedaría entre este brote poético y aquel nada original sentido directo, llano, ¿comunicativo?, que reverbera todo el tiempo agotándose en cualquier conversación de rutina.
La poesía que nos enaltece no se circunscribe en sí solamente a la escritura, o a la versificación, ni tan siquiera a las bellas imágenes (la poesía no es sólo la búsqueda de lo bello, como se le ha querido ceñir) sino que irrumpe como un “hecho poético”, como una experiencia poética, como algo que se siente. Ella implica la posibilidad de que surja una emoción que tocará, en algo, al cuerpo. Es decir, la poesía tiene una resonancia en el cuerpo.
Lo poético roza lo inefable que hay en el lenguaje, creo que por eso es tan apasionante, pues consigue alcanzar aquella zona imposible, o al menos, evocarla.
Del mismo modo, en la experiencia analítica se trata de cercar lo real a partir de lo simbólico del lenguaje y de la movilidad de los sentidos. La interpretación del analista compartiría con la poesía esta incitación a ir más allá de lo pragmático, de lo evidente.
Y ambos nos dejan lo enigmático como evidencia, como la flor que atestigua de la travesía.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

De retour, de passage, avec plaisir.

Poesía como acto creador, sí, y poesía de poder : en muchas culturas el detentador de la poesía - con rango de sacerdote o brujo - puede emitir versos de muerte y versos de vida (capaces de matar y de hacer resucitar). Pero la poesía no es interpretación, no la demanda. Creo que fue Aragón (u otro surrealista) quien, respondiendo a alguien que trataba de "decodificar" a Lautréamont, dijo : "si él hubiera querido decir eso, lo hubiera dicho". Entonces el psicoanálisis actuaría más en la re-creación que en la interpretación (si se acerca a la poesía y no a la exégesis)?
Versos de Valéry para despedirme :
...j'écoute, j'écoute et ce que j'écoute une fois dépassée l'idée de chant d'oiseau[...]
et tout ce qui voudrait se substituer, aller outre, -
et je ne trouve que l'inexplicable en soi, le bruit, la sensation impénétrable...comme une couleur


Y aún así, entreabrir una puerta? Milagro.
Gracias por tu bello post y ..saludos marinos,
ELB

Verónica dijo...

Hola, cher passeur Beno, recuerdo haber leído que antiguamente la historia era contada en poesía, no se concebía de otra manera, había que tocar el alma y el cuerpo al contarla, al transmitir los hechos. Es muy difícil lograrlo. En esos versos de Valery creo que el poeta denuncia ese esfuerzo... o ese hallazgo...
No es de interpretar (desde el psicoanálisis) a la poesía de lo que se trata. Eso puede ser desastroso. Ya se ha intentado. Me refería, quizás sin conseguirlo, a que la interpretación analítica sigue los mismos cauces que la poesía cuando se apoya en figuras (o modos) de la poesía, como la metáfora y la metonimia, el juego con el equívoco, la polifonía, en suma, cuando juega sutilmente con los significantes desatados de sus significados ordinarios... Porque asume una postura similar con respecto al lenguaje. Y "el inconsciente está estructurado como un lenguaje", el inconsciente sabe de esos juegos lenguajeros. Como los poetas.
Saludos, ¿coloridos?
Verónica

Michell Pérez Acosta dijo...

Verónica,
como puedes llegar incluso a sentir q "la poesía tiene una resonancia en el cuerpo", sin reconocerte poeta.??.Creo q el psicoanálisis discurre en ti en comunión con el enigmático feudo d la poesía.No encuentro otra explicación para definir a alguien q logre calibrar con tal precisión el suceso poético.
Solo algo más: Es justamente esa resonancia la q permite al poeta trascender la poesía como escritura, y convertirla, además, en una manera d asumir la existencia..
Q buen post.
Saludos desde mi rincón del Mundo..

Verónica dijo...

Michell, gracias de veras, por todo tu comentario. Yo no soy poeta, yo a ellos los admiro muchísimo. Y quiero creerme que pertenezco al otro reino, al del psicoanálisis.
La resonancia de la poesía en el cuerpo, la idea vino a mí por un poeta, y luego encontré que Lacan hablaba de ésto mismo, desde el psicoanálisis, porque, decía, la experiencia poética es un acontecimiento de goce, es decir, que hace resonar algo más allá del sentido mismo, algo que incluso, puede, llegado el caso, eliminar el sentido, y dejar el puro goce del lenguaje. Como si la poesía pudiera llamar, evocar, el vacío, el vaciamiento de sentido...
Y a veces es como un golpe que aturde. Que se siente.
Es una idea que todavía seguiré estudiando un poco más. Sí, lo creo también: ser poeta debe abrir otra dimensión de la vida propia.
Con mis saludos, y mi agradecimiento,
Verónica

Ernesto G. dijo...

La poesia intenta atrapar realidades (ya sea internas o externas) para las cuales el lenguaje aun no tiene modos de expresion.

No?

Verónica dijo...

Ernesto, confío en tu forma de expresarlo, tú sabes más en estas lides. La vacilación final es la que me parece encantadora: nos vuelve a tender el puente con el Otro del lenguaje, una vez que lo levantó declarándolo como imposible... Digo, creo yo... pero no me hagas mucho caso, a veces me quedo en estos detalles más de lo debido.
Muy poético tu comentario.
Saludos para tí,
Verónica

Ernesto G. dijo...

Palabra de verificacion= nationif (nacionsi, ese si condicional, la nacion si, solo habra nacion si, solo habra poesia si, la nacion de la poesia si. Nacion, del latin nasci, nacer. La nacion de la poesia. La nocion de la poesia. Divago, algo tipico en gente ociosa, como yo los domingos).

Hay algo en este blog que lo pone a uno a pensar.

Saludos.

Anónimo dijo...

hola vero¡ no tengo mucho tiempo para leerte como es debido¡ Yo lo siento muchísimo¡ Ahora estoy inmerso en pruebas de inglés, y otras pruebas de vida. Es decir, la prueba de la rutina diaria.
No obstante, entro. Y post como este me invitan a quedarme más tiempo del que debiera, ya que no tengo.
Es un placer contar con tus temas, esa búsqueda de algún tema para charlar con juicio.
No te prometo nada. Sin embargo, sé que cuento con el blog de Verónica, y está ahí¡ Tu capacidad de sorpresa no tiene fin.
Un abrazo grande¡
A.C.REY.

Verónica dijo...

Ernesto, si la poesía tuviera nación... pero yo no lo creo. Bienvenidas las divagaciones aquí!

Hola, Papelbit, muchas gracias por lo que dices, por tus visitas y el tiempo. Que salgas bien en todo tipo de exámenes, te lo deseo.

Saludos y abrazo,
Verónica

Aguaya dijo...

Doy yo también una vuelta por los blogs, ahora que tengo el chance, y paso a saludarte.
A mí la poesía me gusta mucho Hacerla es un don que no tienen todos... Y sí, resuena el cuerpo de alguna forma...
Saludos!

Verónica dijo...

Aguaya, siempre es una alegría que pases por aquí. Muchos saludos para ti,
Verónica