domingo, 8 de febrero de 2009

Lo bello, un poco de muerte


La proposición un poco de… puede sonar irreal tratándose de la muerte, pues siendo ésta tan absoluta, no admite, propiamente hablando, un más o un menos de ella, sino que la muerte es. Digamos que tiene así carácter apofántico, porque con ella no hay modulaciones o regodeos: ella sucede o no.
Sin embargo, ¿por qué pueden inquietarnos tanto aquellas experiencias puntuales en nuestra vida donde se cuela ese hálito enrarecido, la sombra de lo siniestro: la Muerte misma como símbolo, y mezclada con aquel otro, no menos inquietante aún: el de la Belleza?
He visto recientemente la breve danza La muerte del cisne y me ha conmovido más allá de lo esperado, incluso de lo ya conocido. Puede que no sea esta la mejor ilustración del delicado enlace de la muerte y la belleza, pero siempre me ha parecido allí muy sublime, y tierna, la agonía del cisne. Y esa música… Como si también en esta muerte bella se hubiera podido fijar artísticamente algo de lo que nos cautiva mucho en el horror.
La estética, la filosofía, la literatura y el psicoanálisis, entre otros, se han esforzado en describir esa vivencia del espectador en la que una belleza inconmensurable le provoca por un instante cierta angustia de muerte… Es el llamado “desgarro” que padece el sujeto ante lo sublime, esa quiebra momentánea de sus relaciones “habituales” con el mundo.
El psicoanálisis, desde Lacan, ha abordado lo bello en la dimensión de la ética misma, en tanto la belleza sería una de las barreras con la que intentamos protegernos de la Cosa, de lo real. Sería uno de los últimos velos que ocultan lo que no es nada bonito: aquello que nos apunta hacia la propia castración. Y así, siendo una de las fronteras ante el abismo, lo sublime también nos paraliza porque nos hace llegar el resplandor de lo inefable, del más allá del abismo que está a sólo un paso.
Pienso que la belleza regala la quietud de una armonía casi divina, nos subyuga con la embriaguez de la buena forma, de la imagen serena. Como si en esa ilusión infinita, al espectador de repente le hurtaran (le ahorraran) el agujero temido, la falta esencial de la que nada queremos saber.
Lo bello, ya apuro un fin, tiene esa fuerza que durante un segundo nos puede petrificar, y arrebatarnos el aliento, y detener el pulso, y hacernos palidecer, y casi morir ante la imagen… Es una suerte que tal contemplación no sea eterna.

* y el tema de la muerte… siempre conduce forzosamente a una despedida.

*Anna Pávlova, La muerte del cisne

7 comentarios:

Ernesto G. dijo...

Empiezo por apuntarte un dato curioso. La palabra de verificación para este comentario: BALININA (niña que baila, bailarina, baile blanco de harina,
muerte que es bala y baila su belleza, un poco de muerte bailarina...)

Me ha gustado muchísimo este post. Qué bien escribes, muchacha.

Anónimo dijo...

Gracias por visitarme y tus palabras Veronica, te confieso que vengo con frecuencia a leer tu blog, pues me interesan los temas y la forma en que redactas...a tal punto que provocas reflexiones y monologos en mi; desde que tenga tiempo, pondré mis "margaridades" y asi hablamos. es un placer conocerte.

Verónica dijo...

Ernesto, muchas gracias. Y qué interesante lo que asocias con tal palabra! Balinina a mi me suena a remedio, a medicina antigua.
Pero eso de "muerte bailarina" que se te ha ocurrido daría hasta para una obra poética...
Con mis saludos,
Verónica
(La que ahora me toca a mi de verificación es sencillamente impresentable. Quiero decir, sin muchas más alternativas de asociación)

Verónica dijo...

Margarita, qué bien, esperemos entonces margaridades de las buenas que escribes. Saludos y gracias por todo lo que dices!

Ernesto G. dijo...

Palabra de verificación: SQUIN (SQUID= CALAMAR; FIN=ALETA. Es decir, un calamar con aletas) Esto se me está conviertiendo en una adicción, sicóloga. :)

Ahora estoy intrigado con la palabra que te salió a tí.

Valentín Sánchez Baumgarten dijo...

elente blog ya me habia hablado de el Gerardo, me parece una manera exhaustiva y poliedrica de analizar los temas que nos interesa,un abrazo fraternal
valentin sanchez baumgarten

Verónica dijo...

Hola, Valentin Sanchez Baumgarten, le agradezco mucho lo que me escribe. Y le visitaré bastante en su interesante blog sobre psicoanálisis!
Con mis saludos y bienvenida,
Verónica