domingo, 2 de agosto de 2009

Estadio de regreso


Regreso y no sé bien adónde ni de dónde.
Corrí durante mis vacaciones casi cada mañana en mi antiguo estadio de la universidad. En serio.
Los primeros días, iba a correr junto a mi amigo el Poeta. Pero luego de un accidente menor suyo y, creo, de nuestro mutuo aturdimiento habitual (tenemos una relación un poco a lo Myrna e Ignatius Reilly –es una broma, con su perdón), debí seguir corriendo sola.
Las calles para llegar hasta el estadio me parecían nuevas, nunca vistas, a pesar de (y seguramente debido a) la suciedad y al derroche de no –me –importa- que ha devorado a La Habana.
La entrada, una vez contorneados los inmensos muros de la Universidad, es el lugar lúgubre donde inicia la contienda verdadera entre el ánimo y la pereza matutina. El estadio sigue estando custodiado por adormilados con uniforme. Gente rara que va a dejar sus horas y sus días en ese borde definitivo entre el sol exagerado de las calles, y la cueva tan oscura e intimidante que es el recinto de entrada al estadio. Uno desciende presuroso a ese submundo del deporte, y sólo pide no tener que respirar el hedor de sus primeros escalones ennegrecidos. Libres baños improvisados las esquinas de toda la escalera. Pero se atraviesa, y una vez abajo, ya regresa toda la luz.
Algunos pocos desde tan temprano todavía dan vueltas a la pista. En una misma dirección todos. Siempre.
Ahí el start, marcado a mano (¿alzada?) en un terreno que ha sido increíblemente asfaltado, es bastante respetado por los corredores improvisados como yo. La hierba crece libre por todos lados, incluso en aquellos sitios donde no se le ha esperado jamás. Aisladas basuritas terminan por descomponerse al sol y a las pisadas. Entonces unas gradas absolutamente vacías sonríen venciéndole siempre a todo aquel que ya arranca, con ilusión, cuidando el paso. Y como si empujara, casi con desespero, el sol azota en la espalda en cada carrera, reservando enfrentarnos de viva cara hasta la mitad de cada vuelta.
El aire en tal explanada es delicioso y claro cuando hago la primera inspiración profunda. Respiro también los aullidos de guaguas no muy lejos, allá junto a la Facultad de Física donde hace mucho tiempo, me parece, conocía a alguien. Un hospital severo me resguarda desde lo alto.
Los saludos cruzados entre jadeos, al tercer día de vernos correr, y los desconocidos somos ya corredores como hermanos. ¡Qué pista, hermana y todo!
Si, se corre en círculos (apuntó B), en esa pista también agrietada. Se vuelve a pasar junto a su orilla enyerbada, el terco hierro ya doblado allá en el fondo, un lastimoso cachorro que sin piedad pide comida o cariño, es lo mismo. Siempre vuelve eso que se repite sin poder desprenderse uno de alguna circularidad que ha sido abrazada. Por momentos puede sólo pensarse en llegar una y otra vez a la meta, en nada más.
Cruzo de nuevo la línea insegura del start, aunque no tantas veces como atleta, sudando con gusto, ¿doy otra más? Ya muchos se han ido. Es hora. Salgo por fin del estadio.

10 comentarios:

Michell Pérez Acosta dijo...

Verónica,
temí q no reaparecieras, pero q bueno q estas d vuelta, no sabia q estabas en "La Tierra". Bienvenida d regreso al Mundo Real.
Con este post m hiciste recordar los años en la U.H...Ahh, ese estadio, el eterno estadio d la U.H donde unas veces fuí a practicar natación(cuando aquello la piscina era una piscia, no se ahora q será)y otras a "joder" en las gradas, o en los "colchones" d judo, durante los Juegos Universitarios....
Un saludo renovado.

Verónica dijo...

Asi es, parece eterno ese estadio! Pero los regresos son mas tranquilos. Por esas casualidades y circularidades, alguna vez hablé de tu blog con mi amigo el Poeta, camino al estadio... Muchos saludos para ti, Michell,
Verónica

Michell Pérez Acosta dijo...

Ahhh Verónica,
bingo !,
ya se cual fue el motivo x el cual estuvieron "picándome" los oidos días atrás...Es una broma.
X deducción (¿aquel verso en un post?) infiero d quien m hablas cuando dices tu amigo "el poeta", pero si no mencionas nombre, pues yo tampoco...
Saludos desde donde estoy.

Anónimo dijo...

de retour, de passage.
Re bienvenida, tendremos de nuevo el placer de leer tus posts.
Dice uno que si la carrera en línea recta se prolonga indefinidamente, se termina de todos modos corriendo en círculos.
dice el otro, Herr A. Klito, que nadie corre dos veces en la misma pista.
dice un tercero, Franz K., en uno sus textos : "salir de aquí, esa es mi meta".

Gracias por estar "aquí" de nuevo. Y saludos,
ELB

Verónica dijo...

Cher passeur Beno, vuelvo a reírme mucho con tus comentarios. Sin par el Herr A. Klito!
Sí, de nuevo aquí, como en círculos.
Todos mis saludos,
Verónica

Salva dijo...

E´ da molto che non commento nel tuo blog. Ma un occhiata la do´ sempre quando posso. Ho avuto pochissimo tempo per via dell'estate.
Colgo l'occasione per darti un saluto e un abbraccio.

Salva :)

jaad dijo...

Felices partidas.

Regresos felices.

Saludos.

Verónica dijo...

Salva! Un saluto e abbraccio también para ti, de regreso!

Jaad, gracias, y lo buenos que son los regresos de las visitas también!
Saludos,
Verónica

Ernesto G. dijo...

Correr en círculos.
Saltar en líneas.
Caminar en cuadrados.
Vivir en rectángulos.
Amar en triángulos.

Verónica dijo...

Correr así, sin fin. Saltar en líneas, como sentido oculto en texto bueno. Caminar siempre por terreno parecido. Vivir y amar. En triángulos... pero no siempre será bien visto!
Saludos, gracias!
Verónica